viernes, 1 de marzo de 2024

todas las personas solitarias

 

hay personas

que están cansadas de beber café

en paredes grises de apartamentos

hay personas

que se contorsionan 

por no tener quién les cierre la cremallera

hay personas

que se encogen y se vuelven hormigas

¿a quién le importa las hormigas?

islas alejadas a dónde se va a morir

personas que olvidan su nombre.

hay personas

que llaman para escuchar

el tono de marcado

y esperan,

esperan

algo

un cambio de semáforo

algún caminante perdido

algo

qué pena que los solitarios no puedan

buscarse entre sí

sería traición

-todas las personas solitarias, paula barona


yo

 

yo,

quiero hundirme

para que mis pies ensangrentados

se vuelvan raíces

yo 

quiero, del verbo necesitar

que mi isla cambie 

y se vuelva península

yo 

quiero el hilo y aguja

para coser mis pulmones

y quitarle lo radioactivo a mi piel.

yo

quiero, del verbo merecer

volverme todo y nada

juntar mis moléculas

para que aguanten los desastres.


 

mi padre era un buitre

 

Claro que entiendo de bestias,

porque mi papá era un buitre

y yo, aunque no lo quiera

también tengo garras y olfato para la carroña

tengo plumas que agarro a picotazos

el olor a podrido me da náuseas.

mi papá no cazaba

era un dictador aunque el imperio se caía

así que mandaba a sus crías

a pesar de no saber de municiones ni granadas

y cuando no conseguíamos presa

él nos arrancaba las plumas. 

Mi madre se encogía de hombros,

son impuestos para el rey.

Mi padre era un buitre

y aunque yo no quiera

también tengo sus ojos

también tengo sus garras

siguen allí, puntiagudas e invariables

maldita herencia que no se lima

mi padre no me enseñó a ser un ave de rapiña

lo intentó, le faltó constancia

me señalaba los ojos y los corazones podridos

cuando los rechazaba, me hacía sangrar

sangraba por horas y horas sin perdón

“eres lo que comes, eres lo que comes”

Soy corazones y ojos putrefactos.

Mi padre era un buitre y su padre también

a veces me canso de esconder mis plumas.

-mi padre era un buitre, paula barona


 

madre i.

 

hay veces en las que quiero culparte,

de todas las desgracias

de no saberme convertir en nube

en pájaro

o en árbol

de haberme hecho

para no ser querida

y continuar la maldición de la estirpe.

madre,

nunca fuiste un hogar

sino quien ató mis moléculas

con la tristeza más pura

para luego contemplarme con extrañeza.

madre, 

tú no sabes nada

pero tu ceño fruncido es suficiente

y te quejas de no poderte ir

incluso frente a la puerta abierta.

madre,

de ti aprendí que el amor 

es un golpe en la garganta

me coronaste

y me diste un altar para escuchar tus lamentos

me hiciste de carencias y culpas

mi corazón una granada en el pecho.

Madre, 


ya no.

-madre, paula barona