miércoles, 18 de diciembre de 2019

Los pasos perdidos de Carpentier (I)

  1. Del regreso y las raíces (Comentarios sobre Los pasos perdidos, de Alejo Carpentier) 
Como ya sabemos, toda novela es un viaje.  Los pasos perdidos es un viaje no sólo físico sino también de la memoria. Se podría decir que el gesto del protagonista de internarse en el fondo del Orinoco en la búsqueda de un instrumento musical corresponde al deseo de rescate de un mundo anterior de él que no tuviera mucho que ver con el tedio que experimentaba en su día a día trabajando como contable (pese a ser musicólogo) y con su esposa a la que ya no quiere pero pasa un par de horas con ella por lo que considera su deber de esposo. 
Dentro de la esfera de comodidad que debería ser la música por el narrador hay algo que no lo deja en paz y es la sensación de que todos los artefactos que se usan para hacer música, que todas las canciones que escucha y que graba se le hacen insoportablemente inorgánicas. Hay algo para él que ha perdido la esencia y esto se ejemplifica en el momento en que este y el curador graban una canción con un instrumento que imita el sonido de los pájaros y desencanta completamente al narrador, es aquí cuando nos topamos con la raíz de su desencanto: 
“Ante el disco que suena nuevamente me invade una creciente irritación (…) el pájaro que no es pájaro, con su canto que no es canto, sino mágico remedo, halla una intolerable resonancia en mi pecho, recordándome los trabajos realizados por mí hace tanto tiempo (…) acerca de la música y la organografía primitiva”. 
El narrador, convencido que los ritmos fundamentales son cosas orgánicas del cuerpo como el trote, el trino, el gorgeo, se encuentra bastante decepcionado con las nuevas tecnologías y formas de leer el mundo que se proponen a mediados del siglo XX (importante notar que la novela fue publicada en 1953). 
Es un personaje que se sabe vacío y camina por la vida entre sus proyectos inacabados, la esposa, actriz de segunda y su amante Mouche. Hay una alienación, como si una fina capa envolviera a este músico y lo separara del mundo de los humanos. Es un personaje que busca un estado primitivo y fundamental, no solo de la música sino su existencia y encuentra, en la llamada de la aventura hacia la selva, una promesa de encontrarla. 
Luego ocurren los capítulos del miércoles 7 de junio hasta el 27 del mismo tiempo, donde no solo cambiamos de locación sino temporalidad. Los días anteriores a que el personaje se embarcara entre el avión junto a su amante no son más que una masa pegajosa e intercambiable. El ya dentro de la selva que el reloj interno del narrador cambia en medio del caos político de su país de destino, ya que la alienación que hay de él contra el resto de la sociedad es forzada a romperse en un hilo de situaciones desagradables.